Su bajo costo, luminosidad y durabilidad las han hecho populares. Sin embargo, algunos modelos se han convertido en un verdadero riesgo.
Las luces LED son cada vez más comunes, sin embargo algunos modelos pueden ocasionar encandilamiento excesivo, lo que puede cegar a los conductores que vienen de frente o al costado del vehículo que las porta.
Las verdaderamente peligrosas son las de tamaño medio conocidas como “exploradoras” y las de gran dimensión llamadas “barras de LED”. Ambas van desde los 18 hasta los 240 watts de potencia, reemplazan a las neblinera originales o las ubican en el techo o frente del vehículo.
Además del tipo de luz, es muy importante la posición en que se instala: si las barras LED están en el techo, al frente o en la parte posterior, es un problema, ya que proyectan de manera directa la luz, ocasionando el encandilamiento excesivo.
Por eso es importante conocer las normativas de tu país y ubicarlas a una altura suficiente para proyectar el haz lumínico sin perjudicar a otros conductores y manteniendo la legalidad de tu vehículo luego de instalar las luces.
Si tu vehículo tiene luces LED de fábrica, no te asustes, en ese caso la luminosidad debe estar dentro de los valores permitidos.
La mayoría de modelos a nivel mundial ya vienen con franjas LED por seguridad. Especialmente los autos americanos deben ser homologados a los parámetros de seguridad para ser comercializados en el país.
Las luces LED más sencillas son de uso decorativo. Suelen ser pequeñas cintas plegables de 3 a 5 cm que se adhieren fácilmente a las superficies. Estas no son peligrosas, ya que no proyectan luz, sólo brillan.